martes, 10 de enero de 2012

Así nos va

He visto esta historia demasiadas veces. La conozco demasiado bien. Y es muy simple, pero explica muchas cosas de la realidad de nuestro país.
Los empresarios españoles no saben delegar. No saben. No quieren. No pueden. Piensan que por ganar más dinero que tú son más listos y saben más que cualquier profesional de cualquier sector. Por eso se permiten opinar, quitar, cambiar o torcer las cosas en cualquier materia hasta que esta esté a su gusto, independientemente de las recomendaciones o del talento del personal del que se hace rodear.
Si van al médico, le explican lo que le tienen que recetar; si van al mecánico, por donde está la avería y si van a un diseñador, cuáles son los colores y el tamaño del logotipo que hay que poner.

"Está muy bien lo que cuentas, pero me lo pones así que YO sé" (y por dentro piensa, este tío que ganará 30 veces menos dinero, no es más listo que yo, diga lo que diga).

Esa falta de modestia, esa cortedad de miras, esa poca profesionalidad es la que nos hace ser de los países de la UE menos competitivos. No se apuesta por el talento, no se confía en él. Los empleados se desesperan perdiendo horas sentados inútilmente delante de un ordenador que debe estar oblogatoriamente encendido hasta una o dos horas más allá del horario de trabajo. No se organizan bien las empresas porque todo se estructura en función de la pirámide en la que el jefe tiene su minidictadura. No se hace I+D, ni se invierte en tecnología porque el jefe "sabe" cómo ganar dinero y por eso no es necesario hacer ningún esfuerzo innecesario. No cabe nada que no sea generar beneficios antes del cierre del año fiscal. ¿Invertir? ¿Apostar? Solo en aquello que es caballo ganador en carreras amañadas. Nada de criar y entrenar al potro.
Durante años he escuchado insistentemente a empresarios del ladrillo empecinados en hacer webs ultramolonas en flash. Cuando les explicábamos los inconvenientes (y las ventajas) de este sistema, nos respondían aquello de "sí, sí, pero me lo haces en flash porque he visto una muy chula así". Desde hace relativamente poco, se ha generalizado la huida del Flash y ahora los empresarios que tan alegremente se lanzaban a hacer webs con mucho chumm y mucho chiuuu, saben ahora (recalco lo de saben) que el flash ofrece más dificultades para posicionar el sitio web. Se les llena la boca explicándote que tienes que poner metatags para el SEO... joder, justo lo que les habíamos contado 6 años antes, pero que se negaban a escuchar. Solo ven, nunca escuchan. Y hasta que no ven con sus propios ojos, no mueven un dedo.
Me gustaría creer en un empresario que piense en crear marcas, en invertir en RR.HH con personas realmente preparadas para desempeñar sus funciones, que confíen en ellos y en su criterio. Me gustaría pensar que este país puede ser otro.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Estrategias de marketing y PYMEs. Esos dos desconocidos.

Cada día veo cientos de citas, blogs, tuits, webs y hasta pintadas en los muros hablando de la importancia de mantener una estrategia de marketing y comunicación para todo tipo de empresas.
En muchos casos, parece que es algo que se deja para "después", cuando se haya alcanzado cierto éxito o se disponga de personal para ocuparse de "esas cosas". En la gran mayoría (me refiero a PYMES), la realidad es que la estrategia (si es que la hay) solo está en la mente del dueño de la empresa y poco más. La realidad del día a día demuestra que en nuestro país todo lo que no sea apagar fuegos no interese. Las microempresas y las PYMEs ya tienen bastante con sobrevivir y resolver sus asuntos cotidianos. Reconocen la importancia de un plan de marketing o de comunicación, pero no saben o no pueden dedicarle tiempo o recursos. Y cuando contratan a un profesional para que desarrollen piezas o campañas solo piden que sea bonito, barato y que le haga caso en todo, que para eso saben del negocio.

Esa falta de visión estratégica alcanza cotas inalcanzables de absurdo cuando las empresas se enfrentan al fenómeno de las redes sociales. La mayoría se le hace la boca agua pensando que va a tener un millón de seguidores que van a popularizar su marca hasta el infinito y "más p'allá".

Pero aquí vienen las grandes cuestiones que estos empresarios no saben responder: ¿realmente tienes una marca? ¿y qué vas a hacer con ese millón de usuarios? ¿contarles chistes? ¿bombardearlos a promociones?

Creo firmemente que las únicas vías para avanzar además de la innovación en el producto/servicio están en desarrollar una correcta planificación estratégica de comunicación y marketing. Eso no tiene que implicar grandes desembolsos en publicidad o contratar 14 community managers. Lo que realmente implica es destinar los recursos adecuados y necesarios para la situación de la empresa, no solventarlos con parches. Es ahí donde la figura del profesional (o la agencia) debe adquirir su verdadera dimensión.